Es el segundo libro de esta trilogía. ¿De qué trata el libro? Continúa la historia de Christian y Anastasia después de sus escasos 3 días desde su rompimiento. El libro relata que ninguno de los dos puede vivir sin uno del otro y a pesar de lo infinitos traumas que tiene Christian, debido a que en su infancia fue maltratado, el amor de los dos y sobretodo su pasión salen a flote.
Ana tiene que luchar en contra de su propios celos y fantasmas, sobre las anteriores relaciones sádicas de Christian al mismo tiempo que él empieza a darse cuenta que Ana es la persona con la que quiere vivir toda su vida tanto que ha decidido dejar sus anteriores prácticas sados por el amor a Anastacia Steele.
Definitivamente, el libro en lo particular, me ha enganchado muy poco, los encuentros sensuales que tiene Christian y Anastacia, me parecen que son demasiados descriptivos que llega a ser muy burdos dentro la historia.
También me llegué a sentir empalagada de esta historia, que a mitad del libro tuve que dejarlo unas semanas para continuarlo. Salen a relucir en la historia, el porqué de los traumas de Christian, qué tipo de persona era su madre y cómo sus padres adoptivos lo encontraron, aparece el psiquiatra de Gray quién también platica con Ana de sus problemas.
Continúan con el sexo vainilla y el cuarto de juegos no aparece, sólo en un capítulo y eso porque Anastacia se empeña a que así sea. Para mi, la mayor parte de la historia es muy predecible. Lo mejor de la historia de los dos libros, definitivamente son los mails que se envían Ana y Gray, y el personaje implicito en Ana que es su diosa interior, que le pone cierta picardía a los capítulos que sobrepasan de miel.
También la autora sigue usando algunas cosas que funcionaron bien en el primer libro, pero que ya en el segundo caen en el "ya es demasiado", "too much" como las amenazas juguetonas o sarcásticas de Gray hacia Anastasia de castigarla con nalgadas. Y la clásica frase de "no te muerdas el labio".... entre otras.
El libro en general, esta bien, pero no me ha enganchado tanto como para empezar a leer ya el tercer libro, que ya me lo puedo imaginar.