Me siento nueva,
creo que soy lo mejor,
el universo esta conmigo y soy parte de él.
Doy lo mejor de mí en todos los aspectos de la vida.
Quiero seguir con esta energia y fuerza inmensa.
Ser feliz, sonreir y divertirme seguiran siendo parte de mi.
16.4.12
Mirada de luna
En la noche cautivas con tu resplandor, llenándome de inquietud y curiosidad de saber y sentir.
Sólo reflejas una fuerza mayor, irradiando lo mejor de tí. La mirada cambias y produces emotividad, cambiando lo natural por lo catastrofrico, haciendo pensar y entender que sólo somos seres diminutos y cambiantes, que estamos aqui por una misión, dejando sólo un pequeño rastro creyendo que es una gran huella. Siendo tu la eterna vigilante de mirada cambiante que desvanece y aparece, recordándonos que sólo somos nosotros tratando de ser grandes.
La inmensidad esta en tu mirada, en tu infinita existencia, en la fuerza sobrenatural de mantenerte suspendida, siendo increíble para nosotros y tan natural para tí. Cautivando a quien te mira, enamorando al que te siente en una noche desolada y vacía, llenando de teorías al sabio observador, sin tener la explicación exacta de tu existencia. Tu mirada tranquila y relajada, sin preocuparte que en el día no estarás visible, enseñándonos que la permanencia es la valiosa y el brillo terminable.
Simplemente frágiles
Es imperceptible lo frágil que somos, parecemos fuertes sin ningún problema y en cualquier momento con algún detalle explotamos de alegría o de llanto.
Un beso, un abrazo, un recuerdo, una palabra, una respuesta, una fotografía, una imagen de tantas que vemos en cada minuto podrían ser las que nos ayuden a ser más sensibles a la vida, sin embargo, tratamos de que esto no pase colocamos en nuestro interior un muro, como si ser indefenso fuera pecado.
Debemos descubrir que la inteligencia va más allá de la fuerza y el estar siempre de pie; descubrir que el caer y levantarnos de nuevo es mucho más valioso que nunca caer. Saber que existe el dolor y el llanto, así como sentimos la felicidad y las sonrisas.
Cambios radicales
Quisiera cambiar el rumbo de mi vida,
saber que pasará si tomo diferentes decisiones,
arriesgar sin pensar en lo que se perderá,
vivir cambios radicales de ambientes;
ya los he tenido pero sin ser yo la que toma la decisión.
A veces sueño viviendo en otras casas diferentes en las que he vivido,
sueño con gente que no conozco y en ciudades distintas.
¿Hacia donde me llevará el camino? no creo en el destino, pero sí en los cambios radicales.
saber que pasará si tomo diferentes decisiones,
arriesgar sin pensar en lo que se perderá,
vivir cambios radicales de ambientes;
ya los he tenido pero sin ser yo la que toma la decisión.
A veces sueño viviendo en otras casas diferentes en las que he vivido,
sueño con gente que no conozco y en ciudades distintas.
¿Hacia donde me llevará el camino? no creo en el destino, pero sí en los cambios radicales.
Caja de Cristal
Imaginando una caja de cristal...
tan grande donde todos dancen, tan pequeña donde sólo yo pueda descansar.
Con tanto calor que se necesiten fuentes de agua salpicando con fresco rocío de entusiasmo.
Con tanto frío que se necesiten estrellas para dar energía a cada ser que ahi habite; y se pueda disfrutar de la profunda oscuridad y de la intensa luz que producen las luciérnagas volando alrededor como hadas.
Una caja de cristal con caminos alfombrados de hojas secas evocando ternura y añoranza por el pasado; las cuáles crujan recordando que esperan mejores momentos en cada paso hacia adelante.
Una caja de cristal con atmósfera donde se perciba el aroma a inocencia de niños riendo en muchos paísajes de nuevos colores que sólo su imaginación pueda crear.
En esta caja de cristal se siente la caricia del viento y el sonido de todos los árboles creando una suave melodía, no existen los días y por ende el tiempo,
sólo experiencias vividas positivas sin apuros ni engaños.
Comparto contigo mi caja de cristal para soñar y vivir en este artefacto ideal.
tan grande donde todos dancen, tan pequeña donde sólo yo pueda descansar.
Con tanto calor que se necesiten fuentes de agua salpicando con fresco rocío de entusiasmo.
Con tanto frío que se necesiten estrellas para dar energía a cada ser que ahi habite; y se pueda disfrutar de la profunda oscuridad y de la intensa luz que producen las luciérnagas volando alrededor como hadas.
Una caja de cristal con caminos alfombrados de hojas secas evocando ternura y añoranza por el pasado; las cuáles crujan recordando que esperan mejores momentos en cada paso hacia adelante.
Una caja de cristal con atmósfera donde se perciba el aroma a inocencia de niños riendo en muchos paísajes de nuevos colores que sólo su imaginación pueda crear.
En esta caja de cristal se siente la caricia del viento y el sonido de todos los árboles creando una suave melodía, no existen los días y por ende el tiempo,
sólo experiencias vividas positivas sin apuros ni engaños.
Comparto contigo mi caja de cristal para soñar y vivir en este artefacto ideal.
Campeche, un tesoro de México y de mi corazón
Estoy completamente segura que la mayoría de las personas que visitan Campeche, quedan fascinadas con la ciudad. Yo misma he recibido comentarios de que Campeche es una ciudad única y mágica.
La seguridad que disfrutamos muchos cuando salimos del antro a las tres, cuatro o cinco de la mañana los fines de semana, cuando llegas completamente solo(a) al garage de tu casa y todavía te bajas con toda la tranquilidad para abrir las puertas, que los niños puedan jugar solos en el parque o se puedan ir solos a la escuela, entre muchas otras cosas que se disfrutan en la vida cotidiana y que a veces no nos damos cuenta de ello, es algo que muchos que vienen de las grandes ciudades envidian de los campechanos.
Yo no puedo comprender como hay personas que nacieron aquí, que Campeche y su gente les han dado todo, su identidad, su personalidad y hasta porque no decirlo, su solvencia económica y no aceptan sus raíces y su ciudad como lo que es. Se la viven haciendo comentarios como: "Campeche es aburrido", "Aquí no hay nada", “En Campeche no hay nada que hacer, ni vengas"; cada vez que escucho esos comentarios en boca de chicos, jóvenes y grandes, me da mucha pena y coraje. No puede ser que aunque Campeche, en lo personal, no me vio nacer, ni tampoco vivir aquí mi niñez, pueda ver lo que ellos no ven y yo me sienta más orgullosa de Campeche que ellos.
Conozco muchas ciudades de México, todas tienen su belleza y encanto particular, pero no me atrevo a comparar Campeche con otras, ni siquiera la comparo con la hermosa "Ciudad Blanca", Mérida, no hay punto de comparación entre las dos. Y aunque yo también me voy de "shopping" por todas las plazas de ahí, sé que eso mismo le da un toque especial a nuestra ciudad, porque me consuela que la gente que nos visita, no la atrae ninguna tienda de ropa de marca americana o europea, sino todo lo contrario, le atrae su belleza, cultura, historia, sus atardeceres, su tranquilidad, etc.
Como jóvenes debemos sentirnos orgullosos de vivir en esta hermosa ciudad, con un pasado muy valioso que se refleja en la forma de vida de los campechanos, en sus atractivos que han permanecido durante muchos años, en su rica y deliciosa gastronomía, en el calor humano que sientes cuando te encuentras a más de veinte amigos mientras caminas por la ciudad o visitas un lugar de moda.
Habla, comunica, promociona con las mejores palabras y expresiones a Campeche, si no lo hacemos nosotros ¿Quién lo hará? Y siéntete orgulloso de ser campechano.
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Sentirlo todo
Siento todo y a la vez nada.
Quisiera cuidarte y no equivocarme,
quisiera estar junto a ti, sin tomar una decisión precipitada.
Tengo una ilusión pero tengo miedo de sentir lo que no sientes.
Ilusión de mirar hacia tus ojos,
ilusión de tomar tu mano con la mía,
quisiera estar junto a ti sin que sea una experiencia pasajera.
Tomar la iniciativa sin arrepentirme.
Sentirlo todo y a la vez nada.
Quisiera cuidarte y no equivocarme,
quisiera estar junto a ti, sin tomar una decisión precipitada.
Tengo una ilusión pero tengo miedo de sentir lo que no sientes.
Ilusión de mirar hacia tus ojos,
ilusión de tomar tu mano con la mía,
quisiera estar junto a ti sin que sea una experiencia pasajera.
Tomar la iniciativa sin arrepentirme.
Sentirlo todo y a la vez nada.
Tan cerca...
Te siento tan cerca, aunque no pueda tocarte;
te siento tan cerca, aunque no pueda sentirte;
te siento tan cerca, aunque no puedo besarte;
te siento tan cerca de mi, pero no puedo verte,
simplemente porque falta conocerte.
te siento tan cerca, aunque no pueda sentirte;
te siento tan cerca, aunque no puedo besarte;
te siento tan cerca de mi, pero no puedo verte,
simplemente porque falta conocerte.
DE APEGOS Y DESAPEGOS
Este es uno de los escritos que me haces pensar, no lo escibí yo y seguramente muchos ya lo ha leído en mails y diferentes páginas, pero quiero bloguearlo ya que en ciertas etapas de nuestra vida nos puede servir para recapacitar, aqui lo dejo:
DE APEGOS Y DESAPEGOS
Siempre es bueno saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. O cerrando puertas. O cerrando capítulos. Como quiera llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos. Lo importante es poder dejar ir los momentos de la vida que se van clausurando. ¿Terminó con su trabajo? ¿Se acabó la relación? ¿ Ya no vive más en esa casa? ¿Debe irse de viaje? ¿La amistad se acabó? Puede pasarse mucho tiempo de su presente “revolcándose” en los por qués, en devolver el casete y tratar de entender por qué sucedió tal o cuál hecho. El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos. A pasar la hoja. A terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir para adelante. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió. Y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. No. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a veces es tan importante romper fotos, quemar cartas, destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa. Papeles por romper, documentos por tirar, libros por vender o regalar. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó. No espere que le devuelvan, no espere que le reconozcan, no espere que “alguna vez se den cuenta de quién es usted”. Suelte. El resentimiento, el prender “ su televisor” personal para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo.
La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si usted anda por la vida dejando “ puertas abiertas” por si acaso, nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción. Noviazgos, o amistades que no clausuran, posibilidades de “regresar” (¿a qué) necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron.
¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo! Si no, déjelo ir, cierre capítulos. Dígase a usted mismo que no, que no vuelve. Pero no por orgullo ni por soberbia sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio, usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver, cierre la puerta, pase la hoja, cierre el círculo. Ni usted será el mismo ni el entorno al que regresa será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.
Es salud mental, amor por usted mismo desprender lo que ya no está en su vida. Recuerde que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque cuando usted vino a este mundo “llegó” sin ese adhesivo, por lo tanto es “costumbre” vivir apegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr porque, le repito, nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero…cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte…. Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esta es la vida!
Nos convencemos a nosotros mismos de que la vida será mejor después…
Después de casarnos, después de tener un hijo, y entonces después de tener otro.
Luego nos sentimos frustrados porque nuestros hijos no son lo suficientemente grandes, y pensamos que seremos más felices cuando crezcan y dejen de ser niños, después nos desesperamos porque son adolescentes, difíciles de tratar. Pensamos, seremos más fáciles cuándo salgan de esta etapa. Luego decidimos que nuestra vida será completa cuando a nuestra esposo o esposa le vaya mejor, cuando tengamos un mejor coche, cuando nos podamos ir de vacaciones, cuando consigamos el ascenso, cuando nos retiremos.
La verdad es que, NO HAY MEJOR MOMENTO PARA SER FELIZ QUE AHORA MISMO.
Si no es ahora, ¿Cuándo? La vida siempre estará llena de luegos, de retos. Es mejor admitirlo y decidir ser felices ahora de todas formas. No hay un luego, ni un camino para la felicidad, la felicidad es el camino y es AHORA... ATESORA CADA MOMENTO QUE VIVES, y atesóralo más porque lo compartiste con alguien especial; tan especial que lo llevas en tu corazón y recuerda que EL TIEMPO NO ESPERA POR NADIE.
Así que deja de esperar hasta que termines la Universidad, hasta que te enamores, hasta que encuentres trabajo, hasta que te cases, hasta que tengas hijos, hasta que se vayan de casa, hasta que te divorcies, hasta que pierdas esos diez kilos, hasta el viernes por la noche o hasta el domingo por la mañana; hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno, o hasta que te mueras, para decidir que no hay mejor momento que justamente ÉSTE PARA SER FELIZ..LA FELICIDAD ES UN TRAYECTO, NO UN DESTINO. TRABAJA COMO SI NO NECESITARAS DINERO, AMA COMO SI NUNCA TE HUBIERAN HERIDO, Y BAILA COMO SI NADIE TE ESTUVIERA VIENDO.
DE APEGOS Y DESAPEGOS
Siempre es bueno saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. O cerrando puertas. O cerrando capítulos. Como quiera llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos. Lo importante es poder dejar ir los momentos de la vida que se van clausurando. ¿Terminó con su trabajo? ¿Se acabó la relación? ¿ Ya no vive más en esa casa? ¿Debe irse de viaje? ¿La amistad se acabó? Puede pasarse mucho tiempo de su presente “revolcándose” en los por qués, en devolver el casete y tratar de entender por qué sucedió tal o cuál hecho. El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos. A pasar la hoja. A terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir para adelante. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió. Y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. No. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a veces es tan importante romper fotos, quemar cartas, destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa. Papeles por romper, documentos por tirar, libros por vender o regalar. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó. No espere que le devuelvan, no espere que le reconozcan, no espere que “alguna vez se den cuenta de quién es usted”. Suelte. El resentimiento, el prender “ su televisor” personal para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo.
La vida está para adelante, nunca para atrás. Porque si usted anda por la vida dejando “ puertas abiertas” por si acaso, nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción. Noviazgos, o amistades que no clausuran, posibilidades de “regresar” (¿a qué) necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron.
¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo! Si no, déjelo ir, cierre capítulos. Dígase a usted mismo que no, que no vuelve. Pero no por orgullo ni por soberbia sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio, usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver, cierre la puerta, pase la hoja, cierre el círculo. Ni usted será el mismo ni el entorno al que regresa será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.
Es salud mental, amor por usted mismo desprender lo que ya no está en su vida. Recuerde que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque cuando usted vino a este mundo “llegó” sin ese adhesivo, por lo tanto es “costumbre” vivir apegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir. Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr porque, le repito, nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero…cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte…. Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esta es la vida!
Nos convencemos a nosotros mismos de que la vida será mejor después…
Después de casarnos, después de tener un hijo, y entonces después de tener otro.
Luego nos sentimos frustrados porque nuestros hijos no son lo suficientemente grandes, y pensamos que seremos más felices cuando crezcan y dejen de ser niños, después nos desesperamos porque son adolescentes, difíciles de tratar. Pensamos, seremos más fáciles cuándo salgan de esta etapa. Luego decidimos que nuestra vida será completa cuando a nuestra esposo o esposa le vaya mejor, cuando tengamos un mejor coche, cuando nos podamos ir de vacaciones, cuando consigamos el ascenso, cuando nos retiremos.
La verdad es que, NO HAY MEJOR MOMENTO PARA SER FELIZ QUE AHORA MISMO.
Si no es ahora, ¿Cuándo? La vida siempre estará llena de luegos, de retos. Es mejor admitirlo y decidir ser felices ahora de todas formas. No hay un luego, ni un camino para la felicidad, la felicidad es el camino y es AHORA... ATESORA CADA MOMENTO QUE VIVES, y atesóralo más porque lo compartiste con alguien especial; tan especial que lo llevas en tu corazón y recuerda que EL TIEMPO NO ESPERA POR NADIE.
Así que deja de esperar hasta que termines la Universidad, hasta que te enamores, hasta que encuentres trabajo, hasta que te cases, hasta que tengas hijos, hasta que se vayan de casa, hasta que te divorcies, hasta que pierdas esos diez kilos, hasta el viernes por la noche o hasta el domingo por la mañana; hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno, o hasta que te mueras, para decidir que no hay mejor momento que justamente ÉSTE PARA SER FELIZ..LA FELICIDAD ES UN TRAYECTO, NO UN DESTINO. TRABAJA COMO SI NO NECESITARAS DINERO, AMA COMO SI NUNCA TE HUBIERAN HERIDO, Y BAILA COMO SI NADIE TE ESTUVIERA VIENDO.
LAS COSAS SÍ CAMBIAN
Así como el viento sopla, el viento vuela.
Las cosas si cambian y las amistades mueren.
Aprendiendo de errores, continuamos creciendo.
Ahora aceptando la verdad, realmente nos dejamos llevar.
Viviendo sin el amigo y con la vergüenza,
tratamos de olvidar que no va a ser igual.
Pero la pena se queda, las lágrimas caen,
ahora seguimos adelante porque todo vale la pena.
Al perder a un amigo, perdemos el camino,
las cosas cambian y de eso aprendemos.
Las cosas si cambian y las amistades mueren.
Aprendiendo de errores, continuamos creciendo.
Ahora aceptando la verdad, realmente nos dejamos llevar.
Viviendo sin el amigo y con la vergüenza,
tratamos de olvidar que no va a ser igual.
Pero la pena se queda, las lágrimas caen,
ahora seguimos adelante porque todo vale la pena.
Al perder a un amigo, perdemos el camino,
las cosas cambian y de eso aprendemos.
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